nada de lo que veo me pertenece, aun no me he entregado a mis cosas, ue pocos objetos me gustan...
carezco de interes pero me sobra la curiosidad, entre las cosas que ya conozco se esparce el temor del olvido, a veces, minutos despues de conocer un objeto este desaparece de mi memoria... los rostros de la gente son como las pisadas en la playa durante la marea baja, cuando sube la marea ya no queda nada.
Los nombres, meras evocaciones, permanecen desligados, y los recuerdos...
yo no se si los he vivido o soñado.
Persigo a ese niño que llevo dentro,
jugando,
disfrutando de la vida,
en el presente ausente,
cada vez mas ruidosa la gente,
busca llamar la atencion, sin embargo,
se funden en los pasajes de la memoria fusionados con la oscuridad del olvido.
ahora... ¿donde deje las llaves?
domingo, 2 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario